La citología ginecológica está de duelo con la partida de un maestro para muchos de los que nos desempeñamos en la hermosa disciplina del citodiagnóstico.

A mediados de los años sesenta, viendo que el cáncer cervicouterino causaba la muerte de un gran número de mujeres, decide viajar a Estados Unidos y Canadá para aprender acerca de programas de detección precoz de esta enfermedad.

En el año 1965 logró que se estableciera un convenio entre la Universidad de Chile, la OPS y el Ministerio de Salud para sentar las bases de lo que sería el futuro Programa de Detección de Cáncer Cervicouterino que se estableció en 1987.

Al Dr. Prado se debe la enseñanza de la citología ginecológica en nuestro país, siempre ligado a la Universidad de Chile, donde se formaron los primeros profesionales, replicando la enseñanza por provincias y también en el extranjero. Un maestro para muchos de nosotros, que tuvimos la oportunidad de trabajar con él y contar siempre con su apoyo y confianza para desarrollar nuestras capacidades profesionales y humanas.

Como personal del Centro de Oncología Preventiva lamentamos su partida, pero conservaremos siempre su recuerdo en nuestros corazones.

Querido Jefe, descanse en paz.

Lamento mucho la partida del Dr. Prado por múltiples razones, el legado que dejó en la citopatología y en especial a la salud pública de nuestro país y países hermanos, es incalculable, reconocido por sus pares a nivel nacional e internacional. Su calidad como ser humano, lo que llevaba a ser querido por todas las personas que trabajamos con él, respetuoso, amable pero firme en sus convicciones. La importancia que tuvo en mi carrera profesional y en lo que finalmente he desarrollado como anatomopatóloga.

Pronunciarme en nombre de todas aquellas mujeres que se salvaron de tener una Cáncer Cérvico Uterino gracias a su trabajo. Siempre pienso que debió ser feminista, dió empleo a muchas mujeres, trabajó a la par con ellas y las protegió con sus conocimientos.

Dra. Carla MolinaDr. Rodrigo Prado Buzeta (QEPD)